EL HABAQUÍ
Hernando el Habaquí pasó de ser el alguacil
de Alcudia de Guadix a convertirse en representante de los moriscos del
reino de Granada en 1567 y en uno de los máximos dirigentes de la
rebelión morisca de 1568-1570. Don Juan de Austria, en representación de
su hermano don Felipe II, rey de las Españas, y el general Hernando El
Habaquí, interlocutor de Muley Abdallah Abén Aboo, rey de los moriscos,
acordaron poner fin a la atroz guerra que causó tanto dolor en esta
tierra. Fue regidor morisco de Alcudia (alquería de Guadix) y miembro de
la nobleza morisca local. En 1568 estuvo en Madrid (dado su talante y
buenas maneras) para entrevistarse con Felipe II para intentar reducir
la presión legislativa sobre la minoría. Tras fracasar en su intento, se
sumaría a la sedición. Su capacidad militar fue recompensada por el rey
Abén Humeya que lo nombró capitán general del Almanzora en el verano de
1569. Convencido de que sería estrepitosa la guerra para el bando
morisco, abogó por tratar de pactar con el ejército cristiano. Así, en
su cargo de defender la frontera granadina del Almanzora, en enero de
1570 inició las negociaciones con los enviados de don Juan de Austria,
unas paces que no culminaron hasta la campaña de don Juan en el Andarax.
Tuvo inicialmente el visto bueno del nuevo rey morisco (Abén Aboó),
pero tras firmarse las Paces de Padules, el propio rey morisco no
aceptaría los tratos hecho, mandádole ejecutar.
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